La Iglesia de Santa María la Mayor en la ciudad de Ronda, desde la provincia de Málaga, Andalucía, España.
Iglesia de Santa María |
Fue elevada a Parroquia Capitular por el rey Fernando el Católico, levantándose sobre la antigua mezquita aljama de la ciudad, obra del siglo XIII de la que aun se conservan algunos restos del mirab.
Su construcción comenzó tras la reconquista en 1484 y la obras se continuaron durante dos siglos por lo que fue adquiriendo distintos estilos a través de las distintas etapas de su construcción pudiendo distinguir claramente estilos gótico y manierista.
Su visita comienza con una serie de pequeñas estancias en la que destacan los restos de la antigua mezquita.
De aquí pasamos al templo en el que sorprende el gran espacio con su distribución y dimensiones, con altos techos sujetados por grandes columnas y bóvedas de crucería. Este gran espacio da paso a muchos puntos de interés y demás estancias de la iglesia. Contiene diversos objetos y obras de arte del culto religioso además de los propios espacios bien equipados necesarios para los ritos litúrgicos del templo.
En este curioso recorrido nos encontramos con una cripta del siglo XV a modo de sala de museo con distintos objetos expuestos y que resulta un poco inquietante y tenebrosa.
Entrando por una puertecita y subiendo unas escaleras, llegamos a otra estancia a la que no le falta detalle y que da paso a un balcón con una excelente función de mirador, con una magníficas vistas del edificio del ayuntamiento y la plaza de la Duquesa de Parcent.
En el templo también hay que destacar su magnífico coro de madera de nogal y cedro y una gran lampara de dimensiones sobre acogedoras a las que no le falta detalles. Además de una serie de capillas como es habitual de gran belleza y que merece la pena admirar.
El altar mayor preside el espacio con un retablo en madera sin pintar de finales del siglo XVIII. En un camarín está la Virgen de los Dolores atribuida a Montañés.
Continuamos la visita subiendo a las cubiertas por una extravagante escalera de caracol de piedra que llega hasta un amplio balcón de madera en el que se está muy a gusto con el solito y una brisa fresquita, además de unas maravillosas vistas del entorno y la cubierta de la iglesia. Entrando por una pequeña puerta que te invita a abrirla y que parece sacada de una peli de Indiana Jones llegamos a un balcón interior desde donde hay una magnífica vista aérea del templo, con sus bóvedas y grandes columnas al detalle.
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